miércoles, 2 de octubre de 2013

Carta a Gastón.

A veces, la pena es incontenible, y se desborda en el momento en que tú menos lo esperas.
Te extraño a veces, Gastón.
Te extraño siempre, Gastón.
Y ahora que no tengo a Anastasia, porque me la robaron, me siento más sola que nunca.
Y si bien, tú eres nada y yo soy nadie, puede que creemos algo juntos.
Algo como lo que nunca creamos cuando decidimos saltar.
Quizás si te digo que aún te amo, quieras volver a empezar.
El tiempo se me vino encima y ya perdí la cuenta de cuánto ha pasado.
Sólo sé que aún no te has borrado.
Gastón ¿Estás ahí? ¿Me lees? O ya no entiendes estas palabras sin sentido que tiro al aire esperando que el viento te las haga llegar en susurros.
Gastón te me perdiste de vista luego de mi viaje de resurrección.
Gastón, te extraño.
Gastón, te amo.
Gastón, vuelve.
Pero no, no vuelvas tú, ese que vi caminando el otro día. Quiero que vuelva el de ese día, de ropas sencillas, el de caminatas nocturnas. El que brillaba  dándole luz a mi vida.  El que me miraba y sonreía.
Gastón, se llevaron a Anastasia. Se la llevaron, Gastón
Gastón, te llevaron a ti también-